miércoles, 28 de diciembre de 2011
Era el primer domingo de Adviento, y yo me pregunté si era verdad lo que estaba viendo: el automóvil se detuvo, se entreabrió una puerta trasera y alguien hizo bajar a un perrito muy inquieto. ¡Bajate, Pulquete!, ordenó una voz desde el interior. El pobre animalito quedó desconcertado cuando el automóvil se alejó a toda velocidad. Me partió el corazón verlo correr desesperado detrás del vehículo.
Pulquete tendría unos seis o siete meses; menudito, de patas largas y pelo corto color de canela, exhibía una oreja negra de llamativo contraste. No volví a verlo hasta mucho después, pero imagino que esa noche, agotado y tembloroso, durmió acurrucado en el primer agujero que encontró. Por la mañana comenzó a buscar a sus dueños. Ese día no comió y apenas bebió un poco de agua estancada. Los días y las noches se le hacen interminables. A las dos semanas está flaco y decaído, aunque se lo puede reconocer fácilmente por su orejita negra. Como es muy joven comienza a olvidar a quienes lo arrojaron a la calle. Tal vez recuerda vagamente un patio soleado donde retozaba despreocupado. No sabe qué le pasa, pero tiene hambre y mucho miedo porque otros perros callejeros lo corren, la gente lo echa de las veredas y cuando cruza las calles, unos artefactos rugientes se le vienen encima.
Pero a pesar de todo, Pulquete siente una irresistible atracción por las personas. Cuando descubre que alguien lo mira compasivo, se le acerca tímidamente con la cabeza gacha y ojos que imploran una caricia. Pero, invariablemente, esa persona que se detuvo misericordiosa endurece la mirada y sigue su camino, no vaya a ser que el pobre animal se le adose y la siga.
Diez días después de presenciar aquel acto incalificable, nuestro perro Budy, un maravilloso lanudo grandote y bonachón, de cuatro años de edad, se nos escapa, asustado por los cohetes, y se pierde. Lo buscamos días enteros por el barrio y por las calles de la ciudad, pero nuestro querido Budy no apareció.
Tomás, nuestro hijo de ocho años, estaba desconsolado; nunca lo habíamos visto tan afligido. Se acercaba la Navidad y todo hacía presagiar que la íbamos a pasar con mucha tristeza.
Budy se había alejado mucho de su casa. Cuando se le pasó el susto intentó regresar, pero caminó en sentido contrario y terminó en un mundo desconocido y ruidoso: el centro de la ciudad.
Durante días y noches corrió desesperadamente buscando a su familia, hasta que el desaliento y el cansancio detuvieron su atolondrada carrera. Su mirada vivaz se apagó y su abundante pelaje pronto fue una maraña sucia y enredada.
Un día que llovía copiosamente el pobre Budy trotaba pegado a la pared buscando algún recoveco donde guarecerse cuando se topó con un cachorro flaco, asustado y empapado que se detuvo y lo miró con curiosidad. El debilucho Pulquete, al que ya se le contaban las costillas, y Budy, corpulento y greñudo, se quedaron estáticos bajo el aguacero observándose con expectación. Pulquete, con sus orejitas paradas, movió tímidamente la cola y Budy se le acercó para olerlo. Enseguida se hicieron amigos y ya no se separaron en su vagabundeo. El pequeño seguía al grande a todas partes, buscaban comida juntos y en las noches frescas se daban calor pegaditos uno con otro. Budy seguía con su idea fija de localizar su casa, obsesión que sólo olvidaba temporalmente cuando se divertía con Pulquete en el novedoso juego de perseguir automóviles y motocicletas
Llegó el 24 de diciembre. Hacía ya catorce días que se había perdido nuestro perro, y desde entonces Tomás casi no hablaba ni se interesaba por nada. Mi esposa y yo, preocupados por tan prolongada apatía, decidimos llevarlo a la Misa del gallo que se celebraba a las diez de la noche en la Catedral. No sé cómo se nos ocurrió la idea, pero esa misma noche, al terminar la ceremonia, cuando todavía vibraban en nuestros corazones los conmovedores acordes del Gloria in excelsis y los ángeles aún aleteaban sobre nuestras cabezas, comprobamos que aquella decisión no había sido casual.
Al salir de la iglesia fuimos rápidamente hasta nuestro auto para llegar cuanto antes a casa, donde nos esperaban los abuelos de Tomás para la cena de Nochebuena. Iba a poner el motor en marcha cuando Tomás sale de su mutismo y me dice:
Mirá, papá, ese pobre perrito, ¡qué flaco está!
Me fijo donde me señalaba mi hijo y reconozco al cachorro por su inconfundible mancha negra.
Pero si es Pulquete, el cachorro que tiraron a la calle desde un auto. ¿Te acordás que te lo conté? Fue antes de que se perdiera Budy. Qué desmejorado está, pobrecito.
Mirá como nos mira, papi, como si quisiera venir con nosotros...
No, Tomás..., no podemos...
Quiero acariciarlo papá, por favor... ¡Vení, perrito...!
Yo sabía que si Tomás acariciaba a ese cachorro tendríamos que llevarlo a nuestra casa.
¿Pero cómo negarle ese gesto de ternura después de lo que había sufrido? Nos miramos resignadamente con mi esposa y asentimos en silencio.
Tomás bajó del auto y acarició efusivamente al cachorro. Había que verlo a Pulquete, estaba loco de alegría, movía la cola, le lamía las manos y la cara, saltaba feliz, se tiraba panza arriba.
Papá, está hambriento, tenemos que darle de comer.
Está bien, subilo al auto que lo llevamos a casa.
Tomás, entusiasmado y feliz como no lo habíamos visto en semanas, trató de inducir al cachorro a que subiera. Pero para nuestra sorpresa, Pulquete no avanzó. Se quedó parado expectante. Tomás insistió en llamarlo pero el perrito, lejos de subir al auto amagó con alejarse. Se puso a ladrarnos como si quisiera decirnos algo. Se alejaba de nosotros, se detenía y nos ladraba. Su comportamiento era muy extraño. Tomás intentó agarrarlo pero apenas se le acercó, el cachorro corrió para volver a detenerse y a ladrarnos varios metros adelante. Tomás quería ir tras él, pero se nos hacía tarde y no podíamos perder tiempo en los caprichos de un perro desconocido.
Dejalo, Tomás, es muy tarde, vamos a casa.
¡Papá, por favor...!
Subí, vamos a casa, está claro que no quiere venir con nosotros.
Puse el motor en marcha y Tomás se largó a llorar. Pulquete había vuelto a correr y ya había doblado la esquina.
Lo que sucedió a continuación todavía hoy nos emociona y no lo vamos a olvidar en nuestras vidas. El motor del auto se detuvo inexplicablemente y no hubo forma de hacerlo arrancar. ¿Qué pasó?, me dije inquieto, ¿Se habrá ahogado? Sí, seguro...; bueno, paciencia, tendremos que esperar un poco. Tomás lloraba en el asiento trasero y adiviné que mi esposa, con la cara vuelta hacia la ventanilla, también dejaba correr algunas lágrimas silenciosas.
En eso oímos unos ladridos familiares.
¡Papá, papá! gritó Tomás ¡Mirá! ¿Ese no es Budy?
¡Por el amor de Dios, sí, es Budy, es Budy! exclamó mi esposa
¡Era Budy ! Había reconocido el automóvil y venía corriendo desde la esquina a toda velocidad. Y detrás de él, ladrando entusiasmado, venía Pulquete, el cachorro abandonado que no quiso abandonar a su amigo y por eso había tratado de hacernos entender que debíamos esperarlo hasta que él lo fuera a buscar.
Y adivinen qué pasó cuando los dos perros estaban ya dentro de nuestro automóvil y todos llorábamos y reíamos de alegría: el motor arrancó apenas giré la llave. Fue como si algún ángel de Navidad, un ángel tal vez de los animales, ¿por qué no?, hubiera dicho con una dulce sonrisa: Bueno, ahora sí se pueden ir todos a casa a celebrar la Nochebuena"
Desconozco su autor
lunes, 19 de diciembre de 2011
¿Para qué vine hoy a la ciudad? Me pregunté. Los pies me dolían casi tanto como la cabeza. Tenía una lista de varias personas que decían no querer nada, pero yo sabía que se quedarían ofendidas si no les compraba algo.
Comprar regalos no tenía nada de entretenido para mí. Estaba comprando para gente que tenía de todo, y los precios eran exorbitantes.
Llené mi carro de compras a toda prisa con esas cosas de último momento y me dirigí a las cajas. Escogí la que tenía la fila más corta, pero tendría que esperar al menos veinte minutos para llegar a la caja.
Delante de mí había un niño y una niña. El niño tenía unos cinco años y la niña era un poco menor. Él llevaba un abrigo harapiento y unos tenis viejos y enormes que sobresalían debajo de unos pantalones que le quedaban muy cortos. En sus manos, que estaban muy sucias, tenía varios billetes de un dólar todos arrugados.
La ropa de la niña se parecía a la de su hermano. Su cabeza era una maraña de pelo ondulado. En la cara se le veían restos de la cena. Llevaba en las manos un hermoso par de zapatillas doradas para la casa. Se oía música navideña en el equipo de sonido del almacén y la niñita tarareaba feliz y desafinadamente.
Cuando llegamos a la caja, la niña puso los zapatos con mucho cuidado sobre el mostrador. Los sostenía como si se tratara de un tesoro. La cajera marcó la cuenta.
Son seis dólares con nueve centavos -dijo.
El niño puso sus billetes arrugados sobre el mostrador mientras buscaba más en los bolsillos de su pantalón. Consiguió reunir 3 dolares con 12 centavos.
-Supongo que tendremos que devolverlas -dijo valientemente.
Volveremos después, quizá mañana.
En cuanto oyó eso, la niña dijo con un leve sollozo:
Pero a Jesús le habrían encantado esas zapatillas.
-Bueno, volveremos a casa y trabajaremos un poco más. No llores, volveremos después -le aseguró su hermano.
En ese instante le pasé tres dólares a la cajera. Esos niños habían esperado un largo rato en la fila, y a fin de cuentas, era Navidad.
De repente un par de brazos me rodearon y una vocecita exclamó:
-Muchas gracias, señora.
-¿A qué te referías cuando dijiste que a Jesús le habrían gustado esos zapatos? -pregunté.
El niño respondió:
-Nuestra mamá está enferma y se va a ir al Cielo. Papá dijo que es posible que se vaya a vivir con Jesús antes de Navidad.
La niña añadió:
-En la escuela dominical, mi profesora me dijo que las calles del cielo son doradas, como estas zapatillas. ¿No le parece que mi mamá se vería hermosa caminando por esas calles con zapatos del mismo color?
Los ojos se me aguaron al fijarme en la carita manchada por las lágrimas.
Sí -le respondi, no me cabe duda.
En ese momento le agradecí a Dios en silencio que se valiera de esos niños para recordarme lo que significa dar.
Helga Schmidt
viernes, 16 de diciembre de 2011
No te quejes de tu vida
Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu vida es el resultado de tus propias decisiones
No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible como para claudicar.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El verdadero triunfo del hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfrentala con valor y aceptala.
De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como tu futuro será la consecuencia tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y mas en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán.
Tu eres parte de la fuerza de tu vida
Levantate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Ahora despiertate, lucha, camina, decidete y triunfaras en la vida; nunca pienses en la suerte... “porque la suerte es el pretexto de los fracasados”.
Cuida tus pensamientos que se volverán palabras
Cuida tus palabras que se volverán tus actos
Cuida tus actos que serán tus costumbres
Cuida tus costumbres pues formarán tu carácter
Cuida tu carácter que será tu destino y tu destino será tu VIDA
jueves, 18 de agosto de 2011
ORIGEN DE LOS DICHOS
Los dichos, de uso corriente vienen de una historia, de una anécdota, de un cuento, de un personaje real o ficticio. Todos tienen su porque, un motivo por el que se dicen. El origen es muy diverso.
Entre los distintos orígenes de los dichos podemos distinguir:
La historia. Una batalla o una persona conocida dieron pie a estas frases sentenciosas que muy pronto repitió el pueblo: -"Armarse la de San Quintín", recuerda la victoria de Felipe II sobre los franceses en la batalla de San Quintín. -"Los mismos perros con distintos collares", frase pronunciada por Fernando VII.
La literatura es fuente inagotable, especialmente las fábulas.-"Peor es meneallo", que Cervantes puso en la boca de don Quijote y de su escudero Sancho Panza.. -"Poner el cascabel al gato", deriva de un cuento antiguo puesto en verso por Lope de Vega, popularizado por Samaniego en su fábula: El congreso de los ratones.
La re1igión en general y sobretodo la Biblia ha proporcionado muchos modismos: -"El tiempo de las vacas gordas", fue el sueño particular que tuvo el faraón. -"Otro gallo le cantara", tomado del gallo que cantó tres veces a San Pedro después de haber negado a Cristo.
Personas célebres por cualquier circunstancia o cualidad que poseían y que pronto pasaron al dominio de las gentes: -"Armarse la marimorena", recordando las grescas armadas en la taberna de Mari Morena. –"Saber más que Lepe", hombre muy docto que nació en 1641 en San Lúcar de Barrameda (Cádiz). Debió ser tan popular que el dicho se prolongó en Lepijo y su hijo.
La historia de otros países o la particular de algunos personajes reales o fantásticos son los que en otras ocasiones originaron algunos modismos: -"Ser como la lanza de Aquiles", héroe griego. -"Saber más que Merlín", personaje inglés. -"Ser una Mesalina", en honor de la esposa del emperador romano Claudio, mujer muy libertina.
Hechos aislados, tal vez por curiosidad, también han pasado a la memoria del pueblo. Es el caso de: -"Atar los perros con longaniza". -"Írsele a uno el santo al cielo". -"Dar el pego". -"Con azúcar está peor".
El dicho es una frase breve y sencilla, características esenciales para retenerlo en la memoria.
DAR EN EL CLAVO
Antiguamente existía un juego llamado hito que consistía en fijar una barra en el suelo y arrojar desde lejos unas anillas de hierro hasta colar la anilla en la barra. El hito o barra era una especie de clavo metálico, por lo que "dar en el clavo" significaba ganar la partida. La expresión se extendió al hecho de atinar en averiguación de cosas difíciles.
QUIEN VA A SEVILLA PIERDE SU SILLA
Este dicho data del siglo XV cuando un sobrino de Alfonso Fonseca, prelado de Sevilla, fue nombrado arzobispo de Compostela. Como en aquella época había muchos disturbios en Galicia, Fonseca decidió ir personalmente a Santiago para preparar el camino. La sorpresa se la llevó cuando al volver a Sevilla comprobó que su sobrino le había robado el cargo de prelado.
SANTA RITA LO QUE SE DA NO SE QUITA
Se dice que una doncella le pidió un novio a Santa Rita de Cassia, abogada de los imposibles. No se sabe si fue un milagro pero el caso es que a los pocos días le salió un pretendiente, pero el mozo no estuvo mucho tiempo con ella, por lo que la doncella se plantó delante de la Santa y la dijo: -"Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita". El novio no volvió pero a nosotros nos dejó el popular dicho.
ESTO ES JAUJA
Jauja es una provincia en medio del altiplano del Perú, muy célebre por la fertilidad del suelo, el verde paisaje y el aire saludable. Tenía fama de reposo obligado para los enfermos respiratorios que curaban al llegar a Jauja. Los peruleros o indianos enriquecidos en América trajeron esta fama hasta España. La fantasía popular acabó por atribuirle las mismas cualidades que el paraíso y la expresión "esto es Jauja" quedó para describir situaciones de abundancia.
CAMBIAR DE CHAQUETA
En la época de la reforma luterana, los partidarios de cada tendencia se distinguían de otros por sus chaquetas. Como el forro tenía otro color, los partidarios de uno u otro bando las volvían de vez en cuando del revés, para despistar o pasar inadvertidos. Cambiar de chaqueta se quedó como frase que definía un cambio oportunista de opinión.
QUE SI QUIERES ARROZ CATALINA
Parece ser que Catalina, esposa de un judío converso y nacida en tiempos de Juan II de Castilla, consumía grandes cantidades de arroz; además lo recomendaba a todo el mundo como remedio a cualquier mal. En su lecho de muerte, los vecinos se reunieron en torno a ella y recitaron a coro: "¡que si quieres arroz, Catalina!". Pero ella, moribunda, hacía oídos sordos. Desde entonces, esta frase se dice cuando alguien no hace caso a lo que dicen.
QUE NO HAY QUE PASAR POR DEBAJO DE UNA ESCALERA
Al colocar una escalera contra una pared, se forma una especie de triángulo con el suelo. En muchas religiones, esta figura geométrica simboliza la divinidad. Por eso, muchos consideran que, al pasar por debajo de una escalera se está haciendo una intromisión en terreno sagrado. Esta acción podría desatar las iras de los dioses y traer mala suerte.
QUE BIEN HUELE EL DINERO
Para conocer el origen de este simpático refrán hay que trasladarse a los tiempos del antiguo Imperio Romano. Tito, hijo del emperador Vespasiano, estaba enfadado porque su padre había establecido una tasa por el uso de los urinarios públicos de la ciudad. Para el joven, aquello era indigno de un Cesar y, enfadado, le comentó que era maloliente el dinero que recaudaba de esa forma. Vespasiano le escuchó sin inmutarse y, llevándose una moneda a la nariz, dijo con cinismo: "y a mí, que no me huele mal..."
HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA
Este refrán procede del libro Secreto Tíbet de Fosco Moraini, en el que nos cuenta cómo una comunidad de monjes japoneses tenía una regla que sólo les permitía comer carne de animal marino. Entonces, listillos ellos, decidieron llamar al jabalí "ballena silvestre" y desde ese momento se comían al puerco sin ningún escrúpulo.
A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS
Cuéntase que un día un mendigo pidió ver al cardenal Mazarino, primer ministro de Luis XVI, para hacer le saber la penuria que padecía. Después de dudarlo bastante, el cardenal aceptó recibirle, pero con una condición: el pobre hombre tenía que expresar sus deseos en dos palabras. Este, obediente, entró en el despacho y dijo: "Hambre, frío...". Mazarino, volviéndose a su secretario, contestó: "Comida, ropas...". La entrevista había terminado, pero dejó un buen ejemplo: "A buen entendedor, pocas palabras".
PONER LOS CUERNOS
Según dicen todos los diccionarios, "cornudo es todo hombre cuya mujer es infiel". Pero, ¿por qué los engañados son cornudos y no rabudos, peludos o dentones? Porque, por lo visto, poner los cuernos deriva del viejo símbolo del buey, ese viejo animal castrado, que se somete paciente al trabajo que le impone su amo. De ahí, que los maridos o esposas infieles, le pongan los cuernos a su pareja. Esta expresión empezó a usarse en España hace cuatro siglos, pero pronto se extendió al resto de Occidente. Hoy no hay nadie en este planeta que no sepa qué quieren decirle si le señalan con los dedos abiertos a modo de cuernos.
EL HUÉSPED Y LA PESCA A LOS TRES DÍAS APESTAN
Cuentan que en cierta ocasión Voltaire invitó a su castillo a un filósofo que, aunque muy ingenioso, tenía fama de abusar de la generosidad de sus amigos. Tanto era así que la visita, que en un principio iba a ser de días, se prolongó por espacio de varios meses. Como Voltaire intuía que su acomodado huésped no tenía ninguna gana de despedirse de él, un día comentó entre algunos amigos la diferencia entre don Quijote y este caballero y es que mientras aquél tomaba las posadas por castillos, éste toma los castillos por posadas.
OTRO VENDRÁ QUE BUENO ME HARÁ
En la antigua Roma, una anciana de Siracusa que vivía en tiempos de Dionisio el Antiguo rogó a los dioses para que alargaran la vida del último tirano y éste, sorprendido por el ruego de la mujer, le preguntó por qué le tenía tanta devoción. Ella contestó: "siendo niña, tuvimos un tirano muy cruel. Rogué a los dioses que se lo llevasen. y me oyeron. Pero después vino otro peor, y también rogué por su muerte. Ahora has llegado tú, que no eres mejor que ellos. Escarmentada, pido porque los dioses te den una larga vida".
A REY MUERTO REY PUESTO
Cuenta la historia que tras llegar noticia del asesinato del rey de Francia Enrique IV a manos del fanático Ravaillac a la corte, la reina que vio aparecer en ese instante al primer ministro, Sillery, imperturbable, contestó: "Os engañáis, señora, el rey de Francia no muere jamás". Nacía así la fórmula de consagración del principio sucesorio de la monarquía: "El rey ha muerto, ¡viva el rey". Con este refrán se proclama la norma de continuidad de cualquier institución.
MANDAR A LA PORRA
En la antigua ordenación militar, el tambor mayor del regimiento portaba un largo bastón al que se le conocía con el nombre de la porra. Era hincado en un lugar determinado del campamento y señalaba el punto al que debía retirarse todo soldado sancionado con un arresto. Con el tiempo, esta forma de arresto fue suprimida, pero la frase, con una gran carga despectiva, quedó incorporada al lenguaje popular.
MARCHARSE A LA FRANCESA
Durante el siglo XVIII, entre las gentes de la buena sociedad de Francia se puso de moda la costumbre de no despedirse al abandonar una reunión y hacerlo se consideraba rasgo de mala educación. Esta costumbre dio pie a que en España se adoptase esta frase para reprobar el comportamiento de quien se ausenta sin despedida alguna.
COMO PEDRADA EN OJO DE BOTICARIO
A veces pasan cosas que favorecen nuestros planes. Nos vienen "como pedrada en ojo de boticario". La expresión se gestó en antiguas boticas, donde los remedios contra males rebeldes se guardaban en estanterías ovales a las que se llama "ojos". De forma chocante, el ingenio popular, ideó la frase para referirse a un hecho favorable e inesperado.
ACABAR COMO EL ROSARIO DE LA AURORA
Ocurrió en España, en un pueblecito de la provincia de Cádiz. Existía una cofradía conocida como el Rosario de la Aurora. Sus componentes salían en procesión de madrugada, rezando el rosario a la luz de un farol. Pero, al igual que los cofrades, abundan los camorristas. Y hubo una madrugada en que los devotos se cruzaron con un grupo que los provocó de tal manera que la cosa acabó a golpes.
EL HOMBRE Y EL OSO CUANTO MÁS FEO MAS HERMOSO
A veces no nos fijamos en la belleza, sino en otras cualidades que hacen deseable a una persona. Mirabeu, célebre personaje de la Revolución Francesa, tenía la cara llena de cicatrices a causa de la viruela. Sin embargo, su fama de seductor era bien conocida. En una ocasión fue acusado de seducir a la esposa de un marqués. Mirabeau, en su defensa, pidió a la acusación que colocara su retrato sobre la mesa. Y fue absuelto.
ENTRAR CON EL PIE DERECHO
Proviene esta expresión, que significa el comienzo correcto y favorable de algo, de la liturgia de la misa, aunque parezca más bien una superstición. En los misales, por ciertos motivos antiguos, se prescribe que el cura celebrante de la misa, debe disponerse a subir las gradas del altar iniciando el paso con el pie derecho.
A ZARAGOZA O AL CHARCO
Siempre se le ha atribuido al aragonés fama de tozudo. Dice la leyenda que un baturro iba camino de Zaragoza con tal empeño que no cesaba de repetir: "Llegaré, quiera Dios o no". El Altísimo, harto de tanta soberbia, lo convirtió en rana. Pasando un tiempo, lo devolvió a su estado natural, pensando que aquél había enmendado su falta. Pero, cuando alguien le preguntó hacia donde iba, él respondió: "a Zaragoza o al charco".
VIVA CARTAGENA
Se dice que un cantante mediocre estaba interpretando la ópera Marina en un teatro de Cartagena cuando le salió un pequeño gallo. Para disimular no se le ocurrió otra cosa que gritar: ¡Viva Cartagena!, ante lo cual, a la concurrencia no le quedó otro remedio que ovacionarle, en lugar de patearle. La expresión quedó para definir un recurso fácil y barato.
PARA MUESTRA BASTA UN BOTÓN
Cuentan que el mariscal prusiano Hindemburg decía: "Me falta echar en falta el botón de una guerrera para saber como es un soldado". Cuando alguien cercano a él le dijo que eso no era suficiente para juzgar a alguien, él le contestó que, precisamente, las pequeñas faltas son las que nadie se molesta en descubrir.
MAS VALE TARDE QUE NUNCA
Esta famosa sentencia tiene su origen en un filósofo de la antigua Grecia, Diógenes Laercio. Ese hombre, cuando ya gozaba la vejez, sintió unos deseos irreprimibles de estudiar música. Alguien cercano a él, al conocer tal propósito, recordó al sabio que ya era demasiado mayor para enredarse con esas contemplaciones. Diógenes, sin inmutarse respondió con la archiconocida frase.
OTRO GALLO LE CANTARA
Jesús, durante la última cena, había predicho a Pedro que, poco después, le negaría tres veces antes de que el gallo cantara. De aquél pasaje del Nuevo Testamento arranca este dicho, con el que se da a entender que algunas cosas, de haberse planteado de distinta forma, hubiesen rendido mejores resultados.
PERRO QUE MUCHO LADRA, POCO MUERDE, PERO BIEN GUARDA
Este refrán procede de otro: perro ladrador, nunca buen mordedor. Pero observen lo que le pasó a un médico cuando fue a una casa de labor. Llegando a la finca le salió al paso, ladrando furiosamente, un dogo enorme. El dueño de la casa le dijo: "¡No tenga miedo, que está capado!" Y el médico le contestó: "¡si no tengo miedo a que me j..., temo que me muerda!".
MATAR EL GUSANILLO
En el pasado era creencia generalizada que el "gusanillo" mañanero, un supuesto parásito alojado en el estómago, existía realmente, por lo que se hacía preciso eliminarlo, o por lo menos adormecerlo, mediante un buen trago de alcohol. Y aunque ahora se sabe que tal gusano es una invención, el dicho permanece vigente como hábito de obsequiarse en el desayuno con una copa mañanera.
CADA UNO ARRIMA EL ASCUA A SU SARDINA
Este refrán nació en Andalucía, cuando la sardina era plato habitual entre los braceros. Las comidas se hacían en común y todos se disponían alrededor de una fogata de manera que cada uno asaba su ración, tomaba un ascua, y la iba arrimando sólo a su propia sardina. De este modo, la hoguera se debilitaba, e incluso llegaba a apagarse. Nadie se preocupaba de volver a encender porque no lo entendían como cosa suya. El asunto llegó a tal punto que acabaron por suprimir la sardina de los almuerzos. El refrán quedó como muestra de la insolidaridad de los hombres.
ORIGEN DE LOS DICHOS
Los dichos, de uso corriente vienen de una historia, de una anécdota, de un cuento, de un personaje real o ficticio. Todos tienen su porque, un motivo por el que se dicen. El origen es muy diverso.
Entre los distintos orígenes de los dichos podemos distinguir:
La historia. Una batalla o una persona conocida dieron pie a estas frases sentenciosas que muy pronto repitió el pueblo: -"Armarse la de San Quintín", recuerda la victoria de Felipe II sobre los franceses en la batalla de San Quintín. -"Los mismos perros con distintos collares", frase pronunciada por Fernando VII.
La literatura es fuente inagotable, especialmente las fábulas.-"Peor es meneallo", que Cervantes puso en la boca de don Quijote y de su escudero Sancho Panza.. -"Poner el cascabel al gato", deriva de un cuento antiguo puesto en verso por Lope de Vega, popularizado por Samaniego en su fábula: El congreso de los ratones.
La re1igión en general y sobretodo la Biblia ha proporcionado muchos modismos: -"El tiempo de las vacas gordas", fue el sueño particular que tuvo el faraón. -"Otro gallo le cantara", tomado del gallo que cantó tres veces a San Pedro después de haber negado a Cristo.
Personas célebres por cualquier circunstancia o cualidad que poseían y que pronto pasaron al dominio de las gentes: -"Armarse la marimorena", recordando las grescas armadas en la taberna de Mari Morena. –"Saber más que Lepe", hombre muy docto que nació en 1641 en San Lúcar de Barrameda (Cádiz). Debió ser tan popular que el dicho se prolongó en Lepijo y su hijo.
La historia de otros países o la particular de algunos personajes reales o fantásticos son los que en otras ocasiones originaron algunos modismos: -"Ser como la lanza de Aquiles", héroe griego. -"Saber más que Merlín", personaje inglés. -"Ser una Mesalina", en honor de la esposa del emperador romano Claudio, mujer muy libertina.
Hechos aislados, tal vez por curiosidad, también han pasado a la memoria del pueblo. Es el caso de: -"Atar los perros con longaniza". -"Írsele a uno el santo al cielo". -"Dar el pego". -"Con azúcar está peor".
El dicho es una frase breve y sencilla, características esenciales para retenerlo en la memoria.
DAR EN EL CLAVO
Antiguamente existía un juego llamado hito que consistía en fijar una barra en el suelo y arrojar desde lejos unas anillas de hierro hasta colar la anilla en la barra. El hito o barra era una especie de clavo metálico, por lo que "dar en el clavo" significaba ganar la partida. La expresión se extendió al hecho de atinar en averiguación de cosas difíciles.
QUIEN VA A SEVILLA PIERDE SU SILLA
Este dicho data del siglo XV cuando un sobrino de Alfonso Fonseca, prelado de Sevilla, fue nombrado arzobispo de Compostela. Como en aquella época había muchos disturbios en Galicia, Fonseca decidió ir personalmente a Santiago para preparar el camino. La sorpresa se la llevó cuando al volver a Sevilla comprobó que su sobrino le había robado el cargo de prelado.
SANTA RITA LO QUE SE DA NO SE QUITA
Se dice que una doncella le pidió un novio a Santa Rita de Cassia, abogada de los imposibles. No se sabe si fue un milagro pero el caso es que a los pocos días le salió un pretendiente, pero el mozo no estuvo mucho tiempo con ella, por lo que la doncella se plantó delante de la Santa y la dijo: -"Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita". El novio no volvió pero a nosotros nos dejó el popular dicho.
ESTO ES JAUJA
Jauja es una provincia en medio del altiplano del Perú, muy célebre por la fertilidad del suelo, el verde paisaje y el aire saludable. Tenía fama de reposo obligado para los enfermos respiratorios que curaban al llegar a Jauja. Los peruleros o indianos enriquecidos en América trajeron esta fama hasta España. La fantasía popular acabó por atribuirle las mismas cualidades que el paraíso y la expresión "esto es Jauja" quedó para describir situaciones de abundancia.
CAMBIAR DE CHAQUETA
En la época de la reforma luterana, los partidarios de cada tendencia se distinguían de otros por sus chaquetas. Como el forro tenía otro color, los partidarios de uno u otro bando las volvían de vez en cuando del revés, para despistar o pasar inadvertidos. Cambiar de chaqueta se quedó como frase que definía un cambio oportunista de opinión.
QUE SI QUIERES ARROZ CATALINA
Parece ser que Catalina, esposa de un judío converso y nacida en tiempos de Juan II de Castilla, consumía grandes cantidades de arroz; además lo recomendaba a todo el mundo como remedio a cualquier mal. En su lecho de muerte, los vecinos se reunieron en torno a ella y recitaron a coro: "¡que si quieres arroz, Catalina!". Pero ella, moribunda, hacía oídos sordos. Desde entonces, esta frase se dice cuando alguien no hace caso a lo que dicen.
QUE NO HAY QUE PASAR POR DEBAJO DE UNA ESCALERA
Al colocar una escalera contra una pared, se forma una especie de triángulo con el suelo. En muchas religiones, esta figura geométrica simboliza la divinidad. Por eso, muchos consideran que, al pasar por debajo de una escalera se está haciendo una intromisión en terreno sagrado. Esta acción podría desatar las iras de los dioses y traer mala suerte.
QUE BIEN HUELE EL DINERO
Para conocer el origen de este simpático refrán hay que trasladarse a los tiempos del antiguo Imperio Romano. Tito, hijo del emperador Vespasiano, estaba enfadado porque su padre había establecido una tasa por el uso de los urinarios públicos de la ciudad. Para el joven, aquello era indigno de un Cesar y, enfadado, le comentó que era maloliente el dinero que recaudaba de esa forma. Vespasiano le escuchó sin inmutarse y, llevándose una moneda a la nariz, dijo con cinismo: "y a mí, que no me huele mal..."
HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA
Este refrán procede del libro Secreto Tíbet de Fosco Moraini, en el que nos cuenta cómo una comunidad de monjes japoneses tenía una regla que sólo les permitía comer carne de animal marino. Entonces, listillos ellos, decidieron llamar al jabalí "ballena silvestre" y desde ese momento se comían al puerco sin ningún escrúpulo.
A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS
Cuéntase que un día un mendigo pidió ver al cardenal Mazarino, primer ministro de Luis XVI, para hacer le saber la penuria que padecía. Después de dudarlo bastante, el cardenal aceptó recibirle, pero con una condición: el pobre hombre tenía que expresar sus deseos en dos palabras. Este, obediente, entró en el despacho y dijo: "Hambre, frío...". Mazarino, volviéndose a su secretario, contestó: "Comida, ropas...". La entrevista había terminado, pero dejó un buen ejemplo: "A buen entendedor, pocas palabras".
PONER LOS CUERNOS
Según dicen todos los diccionarios, "cornudo es todo hombre cuya mujer es infiel". Pero, ¿por qué los engañados son cornudos y no rabudos, peludos o dentones? Porque, por lo visto, poner los cuernos deriva del viejo símbolo del buey, ese viejo animal castrado, que se somete paciente al trabajo que le impone su amo. De ahí, que los maridos o esposas infieles, le pongan los cuernos a su pareja. Esta expresión empezó a usarse en España hace cuatro siglos, pero pronto se extendió al resto de Occidente. Hoy no hay nadie en este planeta que no sepa qué quieren decirle si le señalan con los dedos abiertos a modo de cuernos.
EL HUÉSPED Y LA PESCA A LOS TRES DÍAS APESTAN
Cuentan que en cierta ocasión Voltaire invitó a su castillo a un filósofo que, aunque muy ingenioso, tenía fama de abusar de la generosidad de sus amigos. Tanto era así que la visita, que en un principio iba a ser de días, se prolongó por espacio de varios meses. Como Voltaire intuía que su acomodado huésped no tenía ninguna gana de despedirse de él, un día comentó entre algunos amigos la diferencia entre don Quijote y este caballero y es que mientras aquél tomaba las posadas por castillos, éste toma los castillos por posadas.
OTRO VENDRÁ QUE BUENO ME HARÁ
En la antigua Roma, una anciana de Siracusa que vivía en tiempos de Dionisio el Antiguo rogó a los dioses para que alargaran la vida del último tirano y éste, sorprendido por el ruego de la mujer, le preguntó por qué le tenía tanta devoción. Ella contestó: "siendo niña, tuvimos un tirano muy cruel. Rogué a los dioses que se lo llevasen. y me oyeron. Pero después vino otro peor, y también rogué por su muerte. Ahora has llegado tú, que no eres mejor que ellos. Escarmentada, pido porque los dioses te den una larga vida".
A REY MUERTO REY PUESTO
Cuenta la historia que tras llegar noticia del asesinato del rey de Francia Enrique IV a manos del fanático Ravaillac a la corte, la reina que vio aparecer en ese instante al primer ministro, Sillery, imperturbable, contestó: "Os engañáis, señora, el rey de Francia no muere jamás". Nacía así la fórmula de consagración del principio sucesorio de la monarquía: "El rey ha muerto, ¡viva el rey". Con este refrán se proclama la norma de continuidad de cualquier institución.
MANDAR A LA PORRA
En la antigua ordenación militar, el tambor mayor del regimiento portaba un largo bastón al que se le conocía con el nombre de la porra. Era hincado en un lugar determinado del campamento y señalaba el punto al que debía retirarse todo soldado sancionado con un arresto. Con el tiempo, esta forma de arresto fue suprimida, pero la frase, con una gran carga despectiva, quedó incorporada al lenguaje popular.
MARCHARSE A LA FRANCESA
Durante el siglo XVIII, entre las gentes de la buena sociedad de Francia se puso de moda la costumbre de no despedirse al abandonar una reunión y hacerlo se consideraba rasgo de mala educación. Esta costumbre dio pie a que en España se adoptase esta frase para reprobar el comportamiento de quien se ausenta sin despedida alguna.
COMO PEDRADA EN OJO DE BOTICARIO
A veces pasan cosas que favorecen nuestros planes. Nos vienen "como pedrada en ojo de boticario". La expresión se gestó en antiguas boticas, donde los remedios contra males rebeldes se guardaban en estanterías ovales a las que se llama "ojos". De forma chocante, el ingenio popular, ideó la frase para referirse a un hecho favorable e inesperado.
ACABAR COMO EL ROSARIO DE LA AURORA
Ocurrió en España, en un pueblecito de la provincia de Cádiz. Existía una cofradía conocida como el Rosario de la Aurora. Sus componentes salían en procesión de madrugada, rezando el rosario a la luz de un farol. Pero, al igual que los cofrades, abundan los camorristas. Y hubo una madrugada en que los devotos se cruzaron con un grupo que los provocó de tal manera que la cosa acabó a golpes.
EL HOMBRE Y EL OSO CUANTO MÁS FEO MAS HERMOSO
A veces no nos fijamos en la belleza, sino en otras cualidades que hacen deseable a una persona. Mirabeu, célebre personaje de la Revolución Francesa, tenía la cara llena de cicatrices a causa de la viruela. Sin embargo, su fama de seductor era bien conocida. En una ocasión fue acusado de seducir a la esposa de un marqués. Mirabeau, en su defensa, pidió a la acusación que colocara su retrato sobre la mesa. Y fue absuelto.
ENTRAR CON EL PIE DERECHO
Proviene esta expresión, que significa el comienzo correcto y favorable de algo, de la liturgia de la misa, aunque parezca más bien una superstición. En los misales, por ciertos motivos antiguos, se prescribe que el cura celebrante de la misa, debe disponerse a subir las gradas del altar iniciando el paso con el pie derecho.
A ZARAGOZA O AL CHARCO
Siempre se le ha atribuido al aragonés fama de tozudo. Dice la leyenda que un baturro iba camino de Zaragoza con tal empeño que no cesaba de repetir: "Llegaré, quiera Dios o no". El Altísimo, harto de tanta soberbia, lo convirtió en rana. Pasando un tiempo, lo devolvió a su estado natural, pensando que aquél había enmendado su falta. Pero, cuando alguien le preguntó hacia donde iba, él respondió: "a Zaragoza o al charco".
VIVA CARTAGENA
Se dice que un cantante mediocre estaba interpretando la ópera Marina en un teatro de Cartagena cuando le salió un pequeño gallo. Para disimular no se le ocurrió otra cosa que gritar: ¡Viva Cartagena!, ante lo cual, a la concurrencia no le quedó otro remedio que ovacionarle, en lugar de patearle. La expresión quedó para definir un recurso fácil y barato.
PARA MUESTRA BASTA UN BOTÓN
Cuentan que el mariscal prusiano Hindemburg decía: "Me falta echar en falta el botón de una guerrera para saber como es un soldado". Cuando alguien cercano a él le dijo que eso no era suficiente para juzgar a alguien, él le contestó que, precisamente, las pequeñas faltas son las que nadie se molesta en descubrir.
MAS VALE TARDE QUE NUNCA
Esta famosa sentencia tiene su origen en un filósofo de la antigua Grecia, Diógenes Laercio. Ese hombre, cuando ya gozaba la vejez, sintió unos deseos irreprimibles de estudiar música. Alguien cercano a él, al conocer tal propósito, recordó al sabio que ya era demasiado mayor para enredarse con esas contemplaciones. Diógenes, sin inmutarse respondió con la archiconocida frase.
OTRO GALLO LE CANTARA
Jesús, durante la última cena, había predicho a Pedro que, poco después, le negaría tres veces antes de que el gallo cantara. De aquél pasaje del Nuevo Testamento arranca este dicho, con el que se da a entender que algunas cosas, de haberse planteado de distinta forma, hubiesen rendido mejores resultados.
PERRO QUE MUCHO LADRA, POCO MUERDE, PERO BIEN GUARDA
Este refrán procede de otro: perro ladrador, nunca buen mordedor. Pero observen lo que le pasó a un médico cuando fue a una casa de labor. Llegando a la finca le salió al paso, ladrando furiosamente, un dogo enorme. El dueño de la casa le dijo: "¡No tenga miedo, que está capado!" Y el médico le contestó: "¡si no tengo miedo a que me j..., temo que me muerda!".
MATAR EL GUSANILLO
En el pasado era creencia generalizada que el "gusanillo" mañanero, un supuesto parásito alojado en el estómago, existía realmente, por lo que se hacía preciso eliminarlo, o por lo menos adormecerlo, mediante un buen trago de alcohol. Y aunque ahora se sabe que tal gusano es una invención, el dicho permanece vigente como hábito de obsequiarse en el desayuno con una copa mañanera.
CADA UNO ARRIMA EL ASCUA A SU SARDINA
Este refrán nació en Andalucía, cuando la sardina era plato habitual entre los braceros. Las comidas se hacían en común y todos se disponían alrededor de una fogata de manera que cada uno asaba su ración, tomaba un ascua, y la iba arrimando sólo a su propia sardina. De este modo, la hoguera se debilitaba, e incluso llegaba a apagarse. Nadie se preocupaba de volver a encender porque no lo entendían como cosa suya. El asunto llegó a tal punto que acabaron por suprimir la sardina de los almuerzos. El refrán quedó como muestra de la insolidaridad de los hombres.
sábado, 13 de agosto de 2011
La oportunidad es la ocasión de hacer algo,
pero hay que saber el justo momento
para aprovecharla.
La oportunidad no se presenta en la rutina diaria,
ni a quienes ven la vida de color gris,
es como una franca sonrisa en un
rostro desconocido.
La oportunidad tampoco se presenta
a quienes la buscan afanosamente.
Y es que la oportunidad puede ser espectacular,
así como discreta y disimulada.
Por eso, la oportunidad radica más bien,
en una cuestión de enfoque.
Es como si de pronto se te ocurriera
limpiar los cristales
a través de los cuales ves tu vida,
y resulta que el polvo acumulado en ellos,
no te permitía ver clara y brillantemente.
Tu vida en sí, es una gran oportunidad.
Quien diga que la vida siempre está
saturada de escollos
y no cambia esa manera de verla,
no se permite ver
que también esta llena de oportunidades.
Hay algunas personas que sólo alcanzaron
a ver una, en toda su vida,
y lograron metas jamás imaginadas.
!Se imaginan si hubieran podido ver,
las noventa y nueve anteriores que ignoraron!
Eres joven, aprende a verlas y aprovecharlas.
Eres maduro, muévete, no pierdas el tiempo.
Eres anciano, limpia esos lentes,
aún hay muchas por disfrutar.
La oportunidad es una bendición dirigida a ti
por quien te ama, la vida.
martes, 9 de agosto de 2011
¿Vale la pena vivir la vida?
“Si se pudiera proteger a los acantilados de las tormentas, nunca podría admirarse la belleza de sus quebradas”
Elizabet Kübler
Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla. En un caso extremo, escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque solo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento”.
Pero… ¿Realmente la vida es así? ¿O nosotros la hacemos así?
Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a cómo debería ser el mundo o cómo debería actuar tal persona.
Por ejemplo, cuando te enojas con tu pareja porque no llegó a tiempo o no te expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera.
Entonces, lo que te daña no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a como debería actuar tu pareja, de acuerdo a la etiqueta del hombre o mujer perfecto que tienes.
Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es. Crees que en la vida todo debería ser felicidad.
Imagínate que piensas que un bosque debe ser con puras rosas, ríos limpios, venados corriendo, un sol reluciente y una suave lluvia.
Pero cuando vas a uno ¡Oh sorpresa! También hay insectos, serpientes… y la lluvia ¡es un diluvio!
Imagínate sufriendo porque lo encontraste así y diciéndote “No vale la pena estar en un bosque, es horrible: serpientes, bichos ¡que horror!” ¿No tiene sentido verdad?
En el fondo sabes que así es un bosque. No como tú pensabas que era. Lo que puedes hacer, es estar alerta contra las serpientes. También, cubrirte para que la lluvia no te moje.
Y disfrutar las rosas que veas y los venados.
Simplemente aceptas la naturaleza como es y no te lamentas. Te adaptas a ella.
En la vida, es igual. Cuando la vemos como un paquete completo, en el que hay amor, muerte, instantes imborrables y fracasos dolorosos, la aceptas como es.
A partir de esa aceptación, puedes adaptarte a ella. Pregúntate que capacidad dormida en ti, necesita salir a flote cuando te enfrentes a un nuevo desafío.
Por ejemplo, yo de niño no sabía bailar salsa. La necesidad de gustarle a las niñas me hizo aprender ¡Ahora he llegado hasta dar clases de baile!
Me daba miedo hablar en público. Era muy tímido. La necesidad y las circunstancias me obligaron ha hablar en público ¡Ahora soy conferencista! Imagínate cuantas capacidades dormidas en mí, se han despertado por la necesidad.
Siempre pregúntate ¿Qué capacidades dormidas en mi tienen que salir a flote con este desafío?
El dolor y las derrotas son una gran oportunidad para replantearnos como estamos viviendo la vida. Te confieso que acostumbro caminar cerca de los bosques, lejos de la gente, cuando las tormentas de la vida hacen que se me pongan las cosas difíciles.
Anclarme dentro del ruido cotidiano cerca de la naturaleza, dándome un breve espacio para reflexionar acerca de mis desafíos actuales y replantearme nuevas metas, ha sido invaluable para mi.
Si no, ya me habría vuelto loco.
Te recomiendo que hagas lo mismo. Busca un espacio diario de reflexión.
Todos somos producto de nuestras reacciones ante los retos. Somos hermosas quebradas hechas por las tormentas de la vida.
“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”
Juan Castaneda
Tus circunstancias acéptalas como son, y pregúntate “¿Qué puedo hacer al respecto?” Te sorprenderá como a mí lo sencillo que es solucionar un problema, una vez que dejes de pensar en el y te enfoques en resolverlo.
Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida, vienen disfrazadas de problemas.
No importa cuales sean estos. Siempre existe una solución.
Así que ¡ha disfrutar la vida se ha dicho!
Suerte
La Rosa y el Sapo"
Había una vez una rosa roja muy hermosa y bella. Que maravilla al saber que era la rosa mas bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.
Un día se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca.
Indignada ante lo descubierto le ordeno al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Esta bien, si así lo quieres.
Poco tiempo después el sapo paso por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.
Le dijo entonces: Vaya que te ves muy mal. ¿Que te paso?
La rosa contesto Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.
El sapo solo contesto, Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín.
Muchas veces juzgamos a nuestros semejantes solamente por su apariencia… no miramos el interior de las personas que, en definitiva… es lo que verdaderamente vale.
Lo exterior por más bonito que sea, el tiempo se encargará de tansformarlo… quedando intacto el interior… que no envejece.
¿Por qué algo bonito tiene más oportunidades de ser aceptado? Se han trastocado los verdaderos valores en el mundo de hoy, utilizamos preconceptos para juzgar a los demás… sin mirar la verdadera esencia que hay en el interior de las personas, muchas veces somos arrogantes y no medimos con la misma vara con la que nos medimos a nosotros mismos, que vamos por la vida utilizando diferentes “caretas”, según la situación que nos toca vivir.
Debemos tener cuidado al juzgar a nuestros semejantes, ya que podemos hacer mucho daño, no prejuzguemos… démosle tiempo al otro a manifestarse, conociéndolo primero antes de emitir un juicio.
----------------------------------------------------
martes, 2 de agosto de 2011
REFLEXIONES
Cómo nos ingeniábamos para atrapar a los animales del bosque.
Señuelos, silbatos, trampas, rejas, canastos tejidos en las caídas de agua para atrapar los peces.
Éramos chicos felices en medio de una naturaleza fértil y con riquezas naturales por todo el bosque.
Una de mis habilidades favoritas, era la de colocar trampas en el bosque.
Con cuidado investigaba los caminos de los conejos, las liebres, los coipos o los zorros y, una vez convencido de su hábitat, montaba y disimulaba las trampas en el camino.
Luego, al otro día, tomaba mi bicicleta, y me internaba por los senderitos del bosque a revisar mi trabajo.
Un día, ¡qué fastidio! La cadena de mi bicicleta se cayó de sus engranajes; la coloqué y luego volvió a caer. Entonces molesto, volví a montarla en la punta del engranaje y dí una vuelta con fuerza al pedal para que se instalara completamente, pero, sea por mi apuro, por mi ira, o porque Dios quería darme una lección, mis dedos no alcanzaron a salir y ahí quedé con los dientes del engranaje enterrados en mis falanges. Mi bici era de freno al pedal, no podía volverla atrás, estaba solo, y mi única esperanza era dar una vuelta completa para liberar mis dedos en la otra punta. Así lo hice. Los pedazos de carne, quedaron entre los engranajes y la cadena. Mis huesos quedaron a la vista y, entonces pensé en los animalitos que yo cazaba con tanta alegría. Nunca mas coloqué una trampa. Yo experimenté en carne propia el dolor, supe lo que ellos sufrían y tuve compasión de ellos.
lunes, 11 de julio de 2011
UNA MUJER.
Los griegos decían que las mujeres tenían algo que ellos no tenían y que ellos envidiaban: ¡ASTUCIA!
A una empleada de atención al cliente de Virgin Airlines en Sydney, se le tenía que haber dado un premio hace unos meses por ser tan astuta e inteligente, pero también por decirle las cosas claras a un cliente que probablemente tendría que haber viajado en la bodega con los equipajes.
Un abarrotado vuelo de Virgin fue cancelado cuando el avión 767 de la compañía fue retirado por cuestiones de seguridad. Solo había una empleada de atención al cliente estaba intentado encontrar vuelos alternativos para todos los pasajeros.
De repente, un pasajero muy molesto se saltó la cola para ponerse delante del mostrador. Con un golpe depositó su billete en el mostrador y dijo: "Tengo que salir en el primer vuelo y tengo que ir en primera clase"
La empleada le contestó: "Lo siento mucho, señor. Estaré encantada de ayudarle, pero antes tengo que ayudar a estos pasajeros, que estaban antes que usted, estoy segura que lo solucionaremos"
El pasajero todavía más molesto le gritó: "¿Usted Sabe usted quién soy yo?" A lo que la empleada, sin pensarlo, tomó el micrófono y anunció: "Atención por favor", su voz se escuchó por toda el terminal: "Tenemos un pasajero en el mostrador número 14 que no sabe quién es. Si alguien lo sabe, por favor venga a ayudarlo él está en el mostrador número14"
Todos los otros pasajeros detrás de él se morían de la risa. El pasajero miró a la empleada y le dijo: "Anda a que te cojan" A lo que ella le contestó: "Lo siento señor, pero para eso también hay que hacer cola"
De cualquier cosa que le des a una mujer, ella hará algo fabuloso.
Dale un espermatozoide y ella te dará un hijo…
Dale una casa y ella te dará un hogar...
Dale alimentos y ella te dará una exquisita comida...
Dale una sonrisa y ella te dará su corazón…
Ella multiplica y engrandece todo lo que le des... Así que si le das problemas... ¡¡prepárate!!
“Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio Corazón.
Porque quien mira hacia fuera sueña y quien mira hacia adentro Despierta.”
C. Jung
viernes, 1 de julio de 2011
Problema 1.
Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero), pues la tinta no bajaría hasta la superficie en que se deseara escribir.
Solución A):
Resolver este problema, les llevó 6 años y 12 millones de dólares. Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba: bajo gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en cualquier superficie incluyendo cristal y en un rango de temperaturas que iban desde abajo del punto de congelación hasta superar los 300 grados centígrados.
Solución B):
¿Y qué hicieron los rusos? Utilizaron un lápiz!
Problema 2.
Uno de los más memorables casos de estudio de la gestión japonesa fue el caso de la caja de jabón vacía, que ocurrió en una de las más grandes empresas de cosmética de Japón. La compañía recibió la queja de un consumidor que compró una caja de jabón y estaba vacía....
Inmediatamente las autoridades aislaron el problema a la cadena de montaje, que transportaba todas las cajas empaquetadas de jabón al departamento de reparto. Por alguna razón, una caja de jabón pasó vacía por la cadena de montaje.
Los altos cargos pidieron a sus ingenieros que encontraran una buena y rápida solución del problema.
Solución A):
De inmediato, los ingenieros se lanzaron a su labor para idear una máquina de rayos X con monitores de alta resolución manejados por dos personas y así vigilar todas las cajas de jabón que pasaran por la línea para asegurarse de que no fueran vacías. Sin duda, trabajaron duro y rápido.
Solución B):
Cuando a un empleado común en una empresa pequeña se le planteó el mismo problema, no entró en complicaciones de rayos X, robots, equipos informáticos o complicados; en lugar de eso planteó otra solución: Compró un potente ventilador industrial y lo apuntó hacia la cadena de montaje. Encendió el ventilador, y mientras cada caja pasaba por el ventilador, las que estaban vacías simplemente salían volando de la línea de producción.
Problema 3.
Un magnate hotelero viajo a una ciudad Hindú por segunda vez a un año de distancia de su primer viaje, al llegar al mostrador de un hotel inferior en estrellas a los de su cadena, el empleado le sonríe y lo saluda diciéndole:
Bienvenido nuevamente señor, que bueno verlo de vuelta en nuestro hotel.
Sorprendido en gran manera ya que a pesar de ser una persona tan importante, le gusta el anonimato y difícilmente el empleado tendría tan buena memoria para saber que estuvo allí un año antes, quiso imponer el mismo sistema en su cadena de hoteles ya que ese simple gesto lo hizo sentir muy bien.
A su regreso inmediatamente puso a trabajar en este asunto a sus empleados para encontrar una solución a su petición.
Solución A):
La solución fue buscar el mejor software con reconocimiento de rostros, base de datos, cámaras especiales, tiempo de respuesta en microsegundos, capacitación a empleados, etc. Etc. Con un costo aproximado de 2.5 millones de dólares.
Solución B):
El magnate prefirió viajar nuevamente y sobornar al empleado de aquel hotel para que revelara la tecnología que aplican. El empleado no aceptó soborno alguno, sino que humildemente comentó al magnate como lo hacían. El dijo: "mire señor, tenemos un arreglo con los taxistas que lo trajeron hasta acá, ellos le preguntan si ya se ha hospedado en el hotel al cual lo está trayendo, y si es afirmativo, entonces cuando él deja su equipaje aquí en el mostrador, nos hace una señal, y así se gana un dólar".
Moraleja:
¡No compliques tu trabajo!.. Concibe la solución más simple... Aprende a centrarte en las soluciones... ¡No en los problemas!..............