miércoles, 24 de septiembre de 2025

Reflexión

 Cuando alguien responde únicamente con insultos y ataques personales, cae en la falacia ad hominem, que consiste en desacreditar a la persona en lugar de refutar el argumento. Esto no demuestra solidez intelectual, sino disonancia cognitiva: la incapacidad de enfrentar una idea con razones lleva a sustituir la lógica por la descalificación. En filosofía y en ciencia los debates se ganan con pruebas y coherencia, no con gritos ni agravios; por eso, recurrir al insulto es la señal más clara de la ausencia de argumentos. En otras palabras lo reseteaste a su origen qué prácticamente no razona nada.